martes, 18 de agosto de 2009

¿y entonces qué les enseñamos? (1/2)



Hace unas semanas mi esposo y yo fuimos al cine a ver la película norteamericana "The Air I Breathe" (Cuatro vidas). No quiero hablar propiamente de la película, sino contarles el comienzo, que me impactó profundamente.

Se inicia con el actor Forest Whitaker personificando un adulto infeliz. Su triste voz en off (mientras vemos su infeliz rostro trabajando en una igualmente infeliz oficina) va diciendo algo como esto "cuando yo era niño conocía la receta para la felicidad, todos me lo explicaron, era sencillo: bastaba con que me portara bien, con que estudiara y sacara buenas notas (y salía él de niño fajadísimo estudiando y, en efecto, sacando buenas notas, y haciendo todo lo que debe hacer un "buen chico" para que todos los mayores que lo rodean lo feliciten y celebren biiiieeeeeeeeennn), tenía que ser una buena persona, un buen ciudadano, cumplir con mis deberes, estudiar una carrera... para así finalmente tener un trabajo (entenderán que aquí las imágenes seguían todo lo que él decía, sintiéndose todo cada vez más irónico) que me daría todo lo que necesitaba para vivir y así poder ser feliz" y entonces salía él, ya adulto, calándose el gentío, el corneteo, el tráfico, tomándose un horrible café con un nada saludable desayuno, caminando por una agresiva calle con personas tan llenas de estrés como él, y ni hablar de su casa, un mini-apartamento, triste, vacío, sin nadie a quien abrazar al llegar a casa, etc, etc, etc... ¡¡pero eso sí!! tenía una profesión y un trabajo. Su frustración principal era ésta: el cumplió con todo lo que le dijeron que tenía que hacer para ser feliz, hizo cada una de las cosas que debía, al pie de la letra... y al final del camino, era más infeliz que nunca... frustrado, amargado...


Hoy estuve leyendo el artículo "15 días en agosto: los niños no quieren ser como nosotros" (1) y recordé esa parte de la película. También recordé a Mafalda, que caminando por la calle ve en la vitrina de una juguetería a muchas muñecas sonrientes y ve a los mayores caminando alrededor de ella con cara de amargados y mirando al suelo, y vuelve a ver a las muñecas y las ve felicísimas y entonces les dice (señalándolas con su dedito): "Uds saben algo y no nos lo han dicho". Tan bella Mafalda.

En fin, todo esto me hizo volver a pensar: ¿qué le voy a decir a Miranda? ¿qué le voy a enseñar?

Ajá, hay que cambiar esas enseñanzas, hay que cambiar el mundo, hay que cambiar esas mentiras...

Hoy le comentaba todo esto a mi amiga Alisay en el almuerzo del trabajo y ella me miró como diciendo "eso es imposible" y yo le argumenté que si no lo hacemos nosotras, las madres, entonces no hay futuro para nuestros hij@s. "Ali -le dije- tenemos que enseñarles otras cosas, lo que pasa es que no sabemos qué" y ella me miró y asintió. Alisay tiene un hermoso hijo de ocho años llamado Zaheel. Se quedó pensando unos segundo y me dijo: "en estos días estaba caminando con Zaheel y nos terminamos de tomar un jugo y teníamos el vacío vaso desechable en la mano. Cerca de nosotros había una bolsa de basura en el suelo que ya estaba colmada y la basura se le iba por los lados. Yo le dije (un poco cansada, un poco irónica, un poco triste) 'bueno Zaheel qué vamos a hacer, vamos a ponerla allí como todo el mundo y contaminemos más la ciudad' y él me dijo 'no mamá, yo no soy como todo el mundo' y caminó un trecho largo hasta la entrada del metro y depositó el vaso en la papelera que había allí. Mi bello hijo, siempre enseñándome".


Yo no sé Uds, pero yo lloré.

Es que est@s niñ@s de hoy en día vienen ya con algo más que simplemente lo que nosotr@s les queremos enseñar.

Como dice mi amiga Elisa "es que ya no los hacen como antes".


Les dicen niños índigos, niños cristal, hijos del Sol y no sé qué más...

Bueno hermanas lobas, al menos sabemos lo que no queremos enseñarles, sabemos lo que no queremos repetir (o por lo menos tenemos una vaga idea que poco a poco va tomando forma), al menos nos tenemos las unas a las otras, en éste y en muchos blogs de esta comunidad virtual... y poco a poco podremos darnos apoyo, guía, contención...

Y así la Diosa nos seguirá bendiciendo,

Leti.-




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Nota:
(1) ver: http://www.elblogalternativo.com/2009/08/09/15-dias-en-agosto-los-ninos-no-quieren-ser-como-nosotros/


Imagen:
A Goodnigh Hug, de Mary Cassat




3 comentarios:

  1. Hola Leti,despues de varios dias sin pasarme por aqui ¡cuantas cosas hermosas me encuentro!, si que emociona la leccion tan bonita del niño de tu amiga, ¿verdad que son maravillosos los niños?, se me ocurre que tal vez una forma de enseñar podria ser aprender de ellos ¿no?, cuando mi hijo tenia mas o menos 5 años un pariente le dijo : si me das un beso te doi una moneda, mi hijo acostumbrado a dar y recibir besos respondio, si quieres te doi un beso, pero no quiero la moneda, mamá siempre me regala los besos y no tengo que darle monedas.
    Estoy de acuerdo contigo, saber lo que no queremos enseñarles ya es un gran paso.
    Un beso graaaande para toda la Manada.
    Fabia.

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  2. gracias Fabia por compartir esa historia tan linda!!

    Ayer en la mañana fuimos a buscar a Miranda a casa de mis padres. Se había pasado una semana allá con ellos. Dormimos juntitas y en la mañana cuando se levantó mi mamá fue a saludarla y me dijo "mira Leti, este piecito me lo regaló Miranda" agarrándole su pie derecho. Entonces yo la miré divertida y le pregunté "¿Miranda de quién es este piecito?" y ella me respondió, señalando primero su pie derecho y luego su pie izquierdo: "ete e de yaya... y ete e tuya"

    ¿no es para comérsela?

    besos y bendis.-

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  3. Estimado Don José Luis,

    llegar a la oficina y encontrarme con esta grata sorpresa es lo que me hace sentir una y otra vez que la Conspiración Espiritual es cierta. Mil gracias por tus comentarios y por darme la oportunidad de accesar a tu libro.

    Ya lo revisé (duré un poco más de 5 minutos) y estoy interesadísima en leerlo, por varias razones que ahora no voy a enumerar, pero la principal: la curiosidad de conocer tu método y qué podría aprender yo de ti y de tus alumn@s a través de ti.

    Yo también di clases y sé la satisfacción que dan l@s alumn@s y cómo un@ se inspira con ell@s.

    Gracias a ti por tu presencia, por haberte tomado el tiempo de leer mi blog y de dejarme tu regalo.

    Esa es el tipo de actitud en la que yo creo: para qué atesorar cuando podemos dar y dar a manos llenas.

    O como me escribió mi amiga MMar (elblogalternativo.com):

    Acumular información es sólo el primer paso hacia la sabiduría. Pero compartir información es el primer paso hacia la comunidad. Henry Lewis Gates

    Te dejo por ahora, luego te escribo con más calmita.

    Que la Diosa te siga bendiciendo,

    Leticia.-

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