jueves, 18 de febrero de 2010

¿qué le pasa a las mujeres?

 Maitena


En estos carnavales nos fuimos con mis padres y mi sobrinita a caminar por uno de los tantos centros comerciales de esta loca ciudad.

Mientras caminaba y corría detrás de mis haditas (Miranda y Ángela), me detuve llena de emoción porque reconocí a una compañerita del colegio con la cual estudié tooooda la primaria y toooooda la secundaria.

Ella venía atoradita empujando un coche y pasó frente a mí sin verme, así que la llamé "¡¡Lourdes!!". Se detuvo, me miró muy seria como diciendo "¿y ésta quién es?", pensé que por ni nuevo corte de cabello no me reconoció y le dije con una amplia sonrisa "¡¡Es Leticia!!" y para mi sorpresa y decepción me miró como con rabia, midiéndome de arriba hacia abajo, sin siquiera mostrar con su lenguaje corporal que quería acercarse a saludar, mucho menos que le alegraba (como inicialmente a mí) encontrarse conmigo después de casi veinte años sin vernos.

Yo entendí perfectamente qué estaba pensando mientras me miraba así (no es la primera vez que me pasa), y no sabía qué decirle después de lo cortante de su actitud, así que improvisé "¿y qué haces por aquí?" y me dijo sin siquiera mirarme "estoy buscando a mi esposo y mi hijo" (los cuales estaban a escasos diez metros de nosotras). Me quedé callada, la miré con compasión y simplemente le dije "vaya, pues" y ella, como agradeciendo el "permiso" que yo le estaba dando, se fue... o más bien huyó...

Antes de salir de mi trastorno, mi esposo, que había visto todo desde lejos, se acercó envuelto en una gran carcajada y me dijo "no me digas nada: la conoces desde hace mucho tiempo, la fuiste a saludar toda emocionada y ella al verte le dio mucha rabia que tú estés no sólo más flaca que a los 15 sino también mucho más flaca que ella"... y yo le sonreí con tristeza porque eso era exactamente lo que había pasado.

Luego, de regreso a casa, sentada en el auto, me dediqué a repasar los recuerdos que tengo de esta compañerita: una chica de ascendencia portuguesa, de lisos cabellos negro azabache, muy blanca y pecosa, igualitica a su mamá, siempre sonriente, siempre fresca, siempre echando muchos chistes inocentísimos y muy tiernos. La imagen tan fresca y limpia que tengo de la niña Lourdes y la mujer Lourdes con quien me tropecé parecieran pertenecer a dos personas diferentes... y me pregunto yo ¿qué le pasó todos estos años?

Y entonces me pongo a extrapolarlo a las muchas mujeres de esta ciudad que lejos de ser solidarias entre sí se sienten amenazadas si se tropiezan con una amiga (vieja o nueva) que "se ve" más bella (es decir: está más flaca)... y me pregunto ¿qué le pasa a las mujeres? ¿cómo es posible que lejos de ser solidarias entre nosotras nos dediquemos a competir y sentirnos amenazadas por nuestras congéneres y en algo tan superfluo y, sobre todo, tan efímero como lo es la belleza o la delgadez?

¿Cuáles son sus expectativas? ¿Bajo qué principios llevan su vida social? ¿Por qué se asustan con una mujer más bonita (flaca) que ellas? ¿Por qué se sienten amenazadas?¿Por qué no van hacia adentro de sí para darse cuenta lo hermosas que realmente son?

A todas, los años y las experiencias nos han hecho vivir momentos duros y dolorosos. Ese dolor muchas veces se aloja en nuestro pecho disfrazado de miedo, de rabia, de inseguridad. No creo que exista una única mujer en el mundo que no tenga una historia dolorosa que contar, la diferencia está en cómo cada una lo supera y cómo decide afrontar la Vida que aún le queda por Vivir. ¿Para qué quedarnos estancadas en el dolor? eso no nos permite crecer y tampoco nos permite ser mejores madres para nuestras crías.

En cuanto a Lourdes y las muchas mujeres que se sienten amenazadas con mi casi cuarentona delgadez: ¿Qué las hace sentir tan inseguras? ¿Por qué se comieron el cuento de que la Vida se parece o debería parecerse a lo que muestras las propagandas en la televisión?

Afortunadamente no todas se quedan pegadas, y de hecho mi amiga Cárolym (otra amiga de la misma época con quien me reencontré recientemente) me dijo al escuchar mi historia "No te sientas mal que yo sí me alegro que estés más flaca que yo" jajajajaja, ¡¡tan bella!!


¿Cuándo será que las mujeres finalmente despertemos?

Que la Diosa nos bendiga indicándonos el Camino,
Leticia.-






2 comentarios:

  1. Yo creo que no sabemos o no nos atrevemos a mirarnos por dentro, también puede ser que quienes estén cerca de estas mujeres no las valoren como se merecen y eso mine su autoestima. Ya tengo los 50 bien cumpliditos, he ganado algunos kilos en las caderas ¡y no me importa!! mi amor me dice cada dia lo bella que soy a sus ojos ¿de qué preocuparme?.
    Seguro que tú eres aún más bella por dentro que por fuera, pero tu amiga no se detuvo a mirarte ni a mirarse.
    Mil besos, te quiero Leti.

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  2. es que una se ve como se siente, por eso es que tú eres tan hermosa!!!

    y sí, tienes razón, a mí no me importa que no me haya mirado, lo que sí me importa es que ella no se sienta bien consigo misma, porque además es el reflejo de muchas mujeres de nuestra sociedad, y eso demuestra cuán baja es su autoestima... y peor aún, que esa autoestima depende de cosas tan falsas, como el colágeno.

    yo también te quiero Fabia bella!!!

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